Ya hemos visto en el post anterior por qué Whatsapp no siempre es la mejor solución para comunicarte con tus clientes o difundir tu oferta de productos y servicios. Generalmente, resulta demasiado intrusivo hacia el receptor, genera recelos e incluso podría provocar un efecto contrario al deseado.
Sí. Somos conscientes de que lo hace casi todo el mundo. Pero no quiere decir que esté bien, al menos que tu cliente esté de acuerdo.
Y todo ello sin entrar en el esfuerzo y tiempo que supone la recopilación de permisos y custodia de datos personales como los números de teléfono para poder hacer uso de ellos sin riesgo de disgustos.
Whatsapp se puede usar, sí. Pero en momentos y para usos muy puntuales puesto que existen otros recursos al alcance de las empresas como una página web actualizada y viva, en la que el cliente pueda conocer de principio a fin lo que ofreces para ‘hacerle la vida más fácil’. Escribimos para ellos, no para nosotros.
Además, en las redes sociales, amadas y odiadas en la misma proporción, si sabes dirigir bien tu mensaje y darle forma a tu imagen, creando buenos contenidos, se convierten en un recurso especialmente útil para canalizar y potenciar los mensajes, interactuar con los clientes y ofrecer información útil.
Vuelve, porque nunca se fue, el Marketing Mail
En cualquiera de los casos, incluso en el envío de correos electrónicos, en la comunicación entre las empresas y los clientes (o potenciales clientes) deben regir unas normas mínimas para lograr que tu mensaje sea bien acogido. Y que tu cliente, al final, convierta.
Tener un newsletter (boletín de noticias, mail corporativo…) con una periodicidad realmente asumible y útil para tus clientes sigue estando de moda. Y sigue siendo una de las mejores herramientas para el final del proceso de conversión.
Por resumir mucho mucho, los agatares te proponemos estos 12 imprescindibles para tener en cuenta en tus comunicaciones a través de los diferentes canales 😉
- ¿Qué quieres comunicar? Definir el objetivo del mensaje: Lo contrario sería empezar la casa por el tejado. Antes de comunicar, debemos tener claro qué queremos comunicar y con qué fin. Por ejemplo, la apertura de un negocio, un hecho relevante que beneficia a los clientes (nuevos servicios, productos… ) o promociones específicas.
- Conectar con las necesidades de tu público objetivo: Conocer a tu audiencia. ¿Sabes cuál es tu avatar? ¿Tu perfil de cliente ideal? La idea es siempre ir un paso por delante, anticiparte a sus necesidades y demandas. En las agencias de marketing contamos con una serie de herramientas para conocer las tendencias de mercado, búsquedas en internet y otros recursos útiles para este fin. En cualquier caso, si eres una empresa local y no dispones de esos recursos, el tú a tú con tu cliente es la mejor fuente de información posible para conocer que necesita de ti. O qué le puedes ofrecer tú para generar deseo de compra.
- Adaptar el mensaje a cada canal : Los distintos canales de comunicación tienen su propio lenguaje. Conocerlos es básico para hacernos entender. No se redacta igual un mensaje para una página web que un post en redes sociales o un correo electrónico. ¡Huye del lenguaje máquina! Desecha el autobombo.
- Elegir bien el copy: Tener claro qué queremos contar, planificar la estructura del mensaje y contar con una redacción ágil y clara nos acerca a los clientes. No tener prisa para evitar posibles erratas. En resumen, traduce lo que haces.
- Una imagen vale más que mil palabras. Utiliza recursos gráficos: El mejor copy del mundo, dependiendo de tu actividad, puede ser un tostón sin una imagen o vídeo que lo acompañe. Y refuerza la imagen positiva como marca al ser un contenido cuya producción y estética está bajo nuestro control. Que tu imagen sea lo más personal posible, cuida la calidad y que exprese los valores de tu empresa o marca.
- Estudiar la frecuencia: Ya lo decíamos en el post anterior de Ágatar blog. Una oferta difundida tres veces en una misma tarde no es un triple descuento, sino un bombardeo en toda regla. Resulta vital saber cuánta exposición a tus mensajes toleran tus clientes para no resultar abrumador ni cargante. Un ejemplo, si por el Black Friday envías 3 mails diarios, es tu pase directo a la carpeta de spam.
- Publicar frecuentemente: En el equilibrio está la virtud. Ni cargar ni aparecer de Pascuas a Ramos. Si no publicas, simplemente el algoritmo te come y DESAPARECES.
- ¿Quién responde al teléfono? ¿Sonríe la persona de recepción? Interactuar y resolver dudas: De nada sirve que la comunicación entre una empresa y un cliente vaya en un único sentido. Comunicarte con tus clientes también es resolver sus dudas, ofrecer soluciones alternativas y atender sus posibles quejas para generar una respuesta final satisfactoria. El tono que usamos en cada interacción también construye la experiencia de nuestro cliente. Sea en el canal que sea.
- Crear comunidad: Sé tu público objetivo. Habla como ellos y para ellos. Normalmente nos cuesta mucho entender que en redes o en un mail no estamos para hablar de lo buenos que somos o lo que este producto te ofrece… Debemos comunicarnos creando contenido realmente útil para nuestra comunidad. Suele ser un proceso orgánico y lento (claro que hay excepciones). Pero sin duda una de las estrategias más efectivas a medio y largo plazo, para ser alguien en la red.
- Enamora para después vender. Ir más allá de la promoción: No todo es negocio en la vida. Los canales de comunicación también pueden ser utilizados como una vía de información complementaria a nuestros mensajes como empresa. De esta forma, los clientes pueden percibir a las empresas, además de como un recurso al que acudir cuando necesitan tus productos o servicios, como una fuente de información útil. O creas contenidos de calidad o no vas a interesar.
- Innova. Observa dentro y fuera de tu sector: BI-CHEA-A. Aprende, renuévate. Se trata de estar al día para no quedarse al margen de las posibles innovaciones en materia de comunicación que funcionan. Porque todo cambia de hoy para ayer.
- Analiza y mide los resultados: Los profesionales del marketing podemos conocer qué efecto ha tenido un mensaje para determinar así si fue el momento adecuado o corregir la estrategia. Pero tú, en cierto modo, también. A veces un retorno se considera positivo por la notoriedad/interacción que ha generado un contenido. Si ha alcanzado una visibilidad excepcional, el retorno llegará después. Ya dependerá de la estrategia que decidas seguir.
Y hasta aquí, cuestiones básicas a tener en cuenta para que a tu empresa no le cuelguen la etiqueta de spam, sea por la vía que sea.
Los agatares esperamos que haya resultado útil. Si quieres profundizar más, contacta con nosotros y pregunta por nuestras consultorías de contenidos.
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